La segunda película de la directora platense Laura Citarella -esta vez acompañada en la realización por la actriz Verónica Llinás– se presentará este sábado en la 17ma. del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente.
El filme de la productora El Pampero Cine retrata fragmentos de la vida de una mujer de mediana edad que vive en algún lugar del Conurbano bonaerense alejada de cualquier contacto humano y únicamente acompañada por un puñado de perros.
A lo largo de las cuatro estaciones, se observa cómo la protagonista –quien por momentos parece estar aislada de todo vínculo social- vive en su rancho, sin manejar dinero y, prácticamente sin hablar con nadie.
Con un presupuesto modesto y un equipo técnico constituido por las dos realizadoras, una directora de fotografía, una directora de arte y una vestuarista, el largometraje se filmó entre enero de 2012 y diciembre de 2014.
Citarella explicó que “la idea surgió de la actriz y co-directora de la película, Verónica Llinás, quien hacía tiempo venía queriendo hacer algo un poco más personal y no depender tanto de los llamados de los productores o directores para sus trabajos”.
“Ella, que vive en La Reja, partido de Moreno –donde se filmó la película- y tiene 10 o 12 perros dijo: ‘¿qué podría yo inventar a partir de esto que tengo a mano?’”, precisó y contó que “casi que se inventa este personaje para contar lo que ella tenía ganas de actuar”.
La directora detalló que “es un personaje muy despojado, sin maquillaje, sin mucha vuelta, una cosa más parecida a su vida, pese a que obviamente ella no vive como el personaje”.
Sostuvo que “inicialmente, Verónica trabajó la idea con su hermano, Mariano Llinás, que es mi socio en El Pampero Cine. Y en algún momento de ese proceso él le dijo: ‘Esta película la tenés que hacer con Laura’”.
Pese a que las realizadoras planificaron filmar únicamente dos semanas por estación, a medida que fueron avanzando en el proceso comenzaron a toparse con ciertas preguntas, “cuyas respuestas íbamos a lograr encontrar después de mucho tiempo de trabajo”.
Así, decidieron que en lugar de hacerla en un año la harían “en función de lo que la película fuera pidiendo y de nuestras posibilidades”, rememoró Laura y manifestó que se trató de una película hecha con un sistema de producción “muy poco burocrático”.
“El hecho de no usar dinero estatal y no trabajar con sindicatos, permite que uno pueda ir y filmar todo lo que quiera en los tiempos que quiera sin estructuras burocráticas que impidan eso”, afirmó.
En ese sentido, la directora expresó que “en general, cuando se hacen películas con estructuras presupuestarias más convencionales y tradicionales, las películas se empiezan un día y se terminan a los dos meses. Es difícil dentro de una estructura más industrial o tradicional poder hacer una película en tres años”.
Fuente: Telam